Todos los años (o casi todos), la Universidad de Sevilla monta un taller de jazz al que me he apuntado un par de veces. Hace unos días me llegó el correspondiente mensaje de correo electrónico del CICUS con la información del taller de este año y la subsiguiente invitación para la inscripción.
La organización del taller nunca ha sido dos veces exactamente igual. Han ido cambiando precios, pruebas de acceso, organización de materias, lugares, etc. Como novedad en este año, el taller vuelve a la organización de clases por instrumento y además se inscribe en algo llamado Laboratorio de músicas creativas de la Universidad de Sevilla. Yo me pregunto si existe alguna música que no sea creativa.
El taller tiene algunas cosas buenas, no lo voy a negar. Son clases normalmente gratis y que pueden llegar a casi toda persona de la ciudad que tenga algo de interés e inquietud en el tema. El problema es que la organización es un caos. Este año por ejemplo, siendo la matrícula gratis, hay un concierto de obligada asistencia en una conocida sala de la ciudad. Me da a mi que va a ser un concierto de los profesores que no va a ser gratis. Ojalá me equivoque, porque me parecería un poco raro poner un acto privado como requisito para continuar en un curso.
¿Por qué siempre está la constante de poner trabas a la gente para que asista? El año pasado había que ir a todas las clases (¡firmando!), fueran del instrumento que fueran. Está bien tener ese enfoque multidisciplinar, pero siendo universitarios la mayoría, el tiempo es escaso. Además había una prueba de acceso que tenía como objetivo... ¿que tuviera acceso al taller gente con más nivel? ¿Qué sentido tiene eso si después lo que se hace en la mayoría de las sesiones son clases teóricas (a menudo sin preparar) repasando los cifrados y tres movidas más? ¡Deja que participe la gente que menos sabe, que le hace más falta! Excepto los dos o tres primeros días, la asistencia fue limitada y, que yo sepa, no se repescaba a la gente porque fueran quedando plazas libres.
El taller de jazz, hasta el momento, tiene poco de taller y una limitada visión de la música creativa. Me parece una forma un tanto torpe de adoctrinar a un montón de chavales y chavalas con ilusión, a los que se les da una respuesta educativa de poca calidad y con escasa planificación. Se pueden aprender muchas cosas allí, pero a estas alturas limitar la creatividad a aprender a tocar estándares, no creo que tenga mucho sentido. Si bien no digo que esté mal.
¿Por qué no se trabaja nada de escritura de temas? ¿Por qué no hay nada de rock? ¿Por qué se le da la espalda a la música actual de una manera tan sutil? ¿De verdad es necesario centrarse tanto en música de hace cuarenta, cincuenta o sesenta años para hacer música en el aquí y el ahora?
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