sábado, 27 de abril de 2024

La maldición del intel i7 4790K (y Windows)

Mi ordenador de trabajo casi había cumplido diez añitos, y funcionaba a la perfección. No echaba en falta prácticamente nada para mi trabajo diario, a excepción de poder manejar Phaseplant y Ozone con más facilidad (y bueno, hacer reimports más rápidos en Unity). Pero un día... dejó de funcionar. ¿El culpable? Las actualizaciones de Windows 10 relativas a 2H22.

Durante todo estos años había ido como la seda: sin cuelgues, manejando todo el software que necesito de forma muy ágil... Es verdad que los ventiladores ya estaban un poco ruidosos, pero nada preocupante. Con la temperatura que tenemos en Sevilla 1/3 del año, es lo que toca. Mi i7 4790K (tope de gama de cuarta generación) con 32Gbs, montado sobre una Asus Z97-Pro dejó de ser confiable de la noche a la mañana. Tras una serie de actualizaciones relacionadas con la última versión de Windows 10, empecé a experimentar "freezes" completamente aleatorios. Para mi asombro, los cuelgues no guardaban correlación aparente con ningún proceso o servicio concreto.

Hice las pruebas correspondientes de los discos y también memtest, sin resultados negativos por ninguna parte. De hecho, el disco donde está el OS es bastante nuevo: un NVME Samsung comprado hace apenas dos años. Las búsquedas en internet arrojaban resultados de gente que tenía problemas similares, y amigos cercanos con la misma cpu, experimentaban lo mismo. Mala espina.

Mi sorpresa: buscando la lista de compatibilidad de procesadores con Windows 10, observo que los de cuarta generación ya no están soportados. ¡Pero si no he tenido problemas durante años! ¿Por qué ese cambio? Y bueno, en el caso de que no fuera compatible... ¿Por qué me obligas a actualizar sin avisarme de posibles problemas? Entiendo que el punto de las actualizaciones "obligatorias" es por temas de seguridad, pero creo que está un poco pasado de rosca, y no se puede atosigar a los usuarios a que se pongan al borde de un precipicio que les obliga a cambiar de hardware.

En mi caso, cambiar de hardware a mitad de proyecto, tiene un coste altísimo. Son muchísimas las herramientas que tengo que instalar, desactivar y volver a activar licencias, descargar librerías, autorizar... Afortunadamente soy bastante precavido con estas cosas y llevo a cabo una serie de prácticas que me permiten reabrir proyectos "antiguos" sin demasiados problemas, pero... ¡Es odioso! Prácticamente se me pueden ir dos jornadas completas para dejar el PC a punto. A esas dos jornadas he tenido que sumar los tres-cuatro días batallando por recuperar la estabilidad de mi antiguo PC. Una semana de trabajo a la basura.

La empresa me ha puesto un nuevo equipo muy potente para mi (con una caja Fractal preciosa), pero ahora tengo ahí un PC que debería funcionar, y al que por cierto tengo bastante cariño, muerto de risa. He probado a instalarle la 21H2 "limpia" y tocar la configuración para desactivar las actualizaciones automáticas, pero naturalmente, no me ha dado tiempo ponerme a comprobar su fiabilidad. Estoy muy "secuestrado" por Windows, en tanto que casi todas mis herramientas no tienen equivalente en Linux, así que voy a intentar la opción de las actualizaciones congeladas. 

Ya que el ordenador "está parado", me gustaría aprovechar para buscar una caja más silenciosa y compacta, y convertirlo en una especie de equipo consolizado para el salón. El tema es que no saco casi nunca tiempo para jugar, así que no sé si merece la pena...

Por cierto, es la primera entrada que escribo desde un portátil nuevo que también he pillado para ocio. Es la primera vez en mucho tiempo que tengo un equipo que no es para trabajar...