Me hubiera gustado decirte que no retrasaras ni un minuto más todos esos viajes que tenías en la cabeza.
También me hubiera gustado decirte que no te quedaras en la oficina más de lo estrictamente necesario; que te fueras a disfrutar de tu tiempo libre, tu pareja y tu familia.
Qué injusta es la vida llevándose a alguien tan joven.
Hoy que ya no estás en este mundo, sólo quiero agradecerte ser una compañera tan excelente, tu buen carácter y tu buen corazón.
Te echamos de menos.
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