martes, 12 de diciembre de 2017

Haciendo patches: Super JV-1080 y Fantom X

Definitivamente el Roland Super JV es uno de mis sintes favoritos. Hay algo en su diseño que me encanta: no sólo sigue una lógica sencilla, sino que con un poquito de mimo, todo suena genial: a medio camino entre lo espacioso y lo arenoso. Puede ser casposo (como muchos de los presets que trae) o estar bien al frente. Además gracias a los editores que hay hoy en día, no necesitas tarjetas de memoria para acumular cientos de programas. Las tarjetas de expansión son absurdamente caras eso sí...



Recientemente me he deshecho de algún aparato que apenas usaba y he obtenido de carambola una segunda unidad, con la expansión dance. El reto parece ser conseguir la Vintage Synth... En eBay están por las nubes, rondando los 150€, pero tengo alguna localizada que espero poder adquirir de aquí a no mucho tiempo a un precio razonable.

Además de trastear con el SuperJV, estoy invirtiendo bastante tiempo últimamente en profundizar en la programación del Fantom X, que realmente tiene un esquema muy parecido. El editor para Windows es un poco doloroso, pero con un poquito de maña se puede llegar a un flujo de trabajo aceptable. Eso que dicen de "no es tan importante la calidad del sonido como la facilidad de uso" es una gran verdad, máxime cuando tienes que batallar con manuales poco claros y menús llenos de submenús...

Estoy intentando hacer patches un poquito diferentes de lo que estoy acostumbrado (y de los que normalmente necesito en el trabajo): más sucios y un poquito más abstractos que los que vienen de fábrica. Buscar el punto medio entre la ligera imperfección y la usabilidad es delicado. Por ejemplo, si te pones a jugar con valores muy extremos de LFO para obtener una desafinación cíclica entre osciladores, es fácil llegar a algo poco utilizable en un contexto de música tonal. El Fantom tiene una matriz de modulación bastante completa de la que se pueden sacar cosas muy locas, y es un poco fácil perder el control con cuatro tonos por patch.

Los sonidos más imperfectos además requieren una idea musical lo suficientemente buena para funcionar, ya que no son tan fáciles de encajar como otros elementos melódicos al uso. Justo en ese terreno se encuentran la composición, los arreglos y el diseño de sonido. De ahí que sea un poco difícil hacer patches en el vacío, por el mero gusto de explorar posibilidades. El proceso de escritura y diseño de sonido tienen que ir de la mano... Tirar de presets inicialmente puede estar bien, pero creo que es algo a evitar en la medida de lo posible.

Esta semana además adquirí Ableton Live en su versión 9/10 aprovechando su oferta de lanzamiento y estoy dando mis primeros pasos durante el puente. El modo session es muy muy divertido... Estoy deseando poder terminar algún tema y publicarlo :)